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Convierte tu finca en un auténtico cortijo andaluz

patio de un cortijo andaluz

Siendo reconocido tanto por turismo extranjero como dentro de España, el cortijo andaluz es la edificación más característica de la cultura rural española que mejor representa las diferentes civilizaciones que han marcado nuestro patrimonio a lo largo de la historia.

Ya sea porque busques un lugar para desconectar o por la belleza estética de su arquitectura, en este artículo te explico cómo puedes convertir tu finca en la edificación más atractiva del patrimonio español: en un auténtico cortijo andaluz.

El origen y el valor del cortijo andaluz

El origen de los cortijos viene dado por el contexto social y económico del S. XIX en el sur de España, donde el cultivo agrícola, la explotación ganadera y el trabajo rural eran el principal motor económico en entornos prevalentemente rurales.

El valor de estas edificaciones reside en su funcionalidad, y es que los cortijos andaluces han sido tradicionalmente tanto la vivienda como el lugar de trabajo de familias y empleados que se sustentaban del trabajo rural. En muchos casos, sin embargo, su atractivo es más bien turístico dado su interés histórico y cultural.

Convertir nuestra finca en un cortijo tradicional andaluz puede suponer una interesante forma de inversión: No sólo el valor sociocultural del cortijo lo convierte en atracción turística; también su ubicación usualmente aislada entre el paraje rural andaluz, extremeño o castellano manchego hacen de estas construcciones el lugar perfecto para la desconexión y la tranquilidad, lo que nos permite alquilar nuestro cortijo de forma vacacional.

Cómo es un cortijo tradicional andaluz

Aún a día de hoy podemos encontrar familias que siguen viviendo del trabajo agrario y, para ello, conviven con algunos de los elementos indispensables de todo cortijo andaluz. Estos son:

  • El patio. Es lo que podemos considerar la edificación básica que conforma cualquier cortijo y es esencial en la cultura arquitectónica de Andalucía.
  • La era. Es el lugar de trabajo tradicional donde se realiza la trilla del cultivo.
  • El granero. Es el lugar donde se almacena la cosecha, ubicado normalmente alrededor del patio central.
  • En cortijos de gran tamaño encontramos fuentes, pozos e incluso abrevaderos de estética andalusí. Se hace uso habitual de alfombras, azulejos, y destaca la piedra como material principal por encima del ladrillo o incluso la madera, que también también son materiales muy presentes.

Al ser espacios de trabajo cooperativos los cortijos más tradicionales también solían contar con haciendas diferenciadas entre los trabajadores y el dueño, que normalmente disponía de una construcción propia, unificada pero independiente a la de sus empleados.

Según la funcionalidad del cortijo podremos diferenciar puntos clave en sus construcciones: no contará con las mismas características una viña, una almazara o un cortijo de cereal.

Un cortijo andaluz en tu finca

Construir un cortijo andaluz en nuestra finca no resulta especialmente complejo. Hablamos de una construcción edificada con materiales básicos que fácilmente podremos acondicionar a nuestro entorno rural con sus correspondientes adaptaciones.

Un cortijo es una adquisición interesante tanto como inversión como para disfrute personal, pero hay varios puntos que debemos tener en cuenta antes de empezar a dar los primeros pasos, y es que su encanto no deja de residir en su valor cultural.

Por eso, si hoy te planteas convertir tu finca en tu propio cortijo andaluz primero estudia tu terreno y valora si cuentas con las condiciones necesarias para adaptar tu finca para que puedas disfrutar de un auténtico cortijo tradicional con todas las comodidades; de lo contrario, podría resultarte más conveniente comprar un cortijo nuevo.